VIAJE POR EL CINE FRANCÉS/ LAS PELÍCULAS DE MI VIDA (Voyage á travers le cinema francais, Francia, 2016)

Dirección. Bertrand Tavernier/ Guión. Bernard Tavernier y André Marcon/ Fotografía en color. Jerome Almeras, Simon Beaufils, Julien Paumart/ Música. Bruno Coulais/ Edición. Marie Deroudille, Guy Lecorne/ Producción. Little Bear, Gaumont, Pathé Production, Canal +, Cine +  de la Sacem, Frédéric Bourboulon/ Con. Bertrand Tavernier, Thierry Frémaux, Jacques Becker, Jean Paul Belmondo, Francois Truffaut, Marcel Carné, Claude Chabrol, Raoul Coutard, Michel Deville, Antoine Duhamel, Jean Gabin, Jean Paul Gaultier, Jean Renoir, Eddie Constantine, Anna Karina, Michel Piccoli, Francoise Giraud, Jean Luc Godard/ Duración. 190 mins.

SINOPSIS

Al inmenso placer de ver una gran película sólo se acerca el descubrimiento previo de lo que apunta a una película extraordinaria. Ésa que puede cambiarte no solo el día sino también la visión de las cosas, quizá no tanto de la vida pero sí del arte y del espectáculo. El cineasta y gran conocedor del cine francés Bertrand Tavernier nos lleva en Un viaje por el cine francés/ Las películas de mi vida a lo largo de tres horas y diez minutos, por un recorrido de las emociones más que de la historiografía. Conformada por una larga entrevista y una conversación con Thierry Frémaux, Director del Festival de Cannes, junto a centenares de materiales de archivo, tanto de rodajes como de charlas con los artistas en cuestión, una historia personal del cine francés de los años treinta a finales de los setenta. –con información de Javier Ocaña de El País-

Viaje por el cine francés/Las películas de mi vida fue ganadora del Mejor Documental en los Premios Lumiére, Francia. Asimismo fue nominada en los Premios César a lo Mejor del Cine Francés y su realizador Bertrand Tavernier fue nominado en el Festival de Cannes y en San Sebastián.

 

“No he pretendido exhibir nuestro patrimonio fílmico. Si quisiera hacer eso, intentaría que me nombraran director de la Cinemathèque francesa. Tampoco he querido ejercer de guía museístico, ni de crítico o historiador. No soy nada de eso. Soy un cineasta que quiere dar las gracias a los autores que han marcado su vida y le han enseñado a hacer este trabajo. Y, por supuesto, también he querido compartir la pasión que siento por todos esos títulos. Pero, en todo caso, creo haber hecho una película que tiene forma cinematográfica y no es una simple recopilación de fragmentos comentados; que tiene un estilo propio y, espero, ilustra algunas de las cosas que más aprecio del cine: la profundidad de campo en las películas de Jean Renoir, el sentido del espacio en el de Marcel Carné… Esas cosas” –Entrevista a Bertrand Tavernier, Elperiodico.com-

 

 

Inconsciencia total, irresponsabilidad, ignorancia y una amoralidad que se traduce en crimen, son algunas de las características de los jóvenes personajes de La carnada (1994) uno de los filmes más afamados, sombríos, impactantes y perturbadores, con el que el enorme cineasta francés Bertrand Tavernier obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín. Ello, a partir de un notorio caso de nota roja, en donde el cineasta enfatizaba en esa relación con la realidad según su visión nihilista de París a fin de milenio.

Perteneciente a esa segunda generación de críticos de Cahiers du Cinema que dieron el salto a la dirección fílmica, Tavernier es autor a su vez de La muerte en directo (1979) fantasía filosófico-futurista y Alrededor de la medianoche (1984), cinta- homenaje al jazz y sus creadores, en la que se planteaba entre otros temas, la incomunicación y el encuentro entre dos estilos de vida diferentes, como el estadunidense y el francés. Después, La carnada, Bertrand Tavernier se remontaba a la primera guerra mundial en Capitán Conan (1996), una colección de viñetas castrenses sobre la ética militar.

“Mirar al pasado siempre es importante y necesario. Siempre hay algo que aprender de él. Vivimos en una dictadura del presente, y eso nos hace cometer muchos errores, porque no nos enmendamos. Faulkner solía decir que el pasado no solo no está muerto sino que no ha pasado aún, y estoy de acuerdo. Ahora bien, no hay que ser prisionero del pasado. La nostalgia me pone enfermo… La capacidad para admirar es un sentimiento muy positivo. Te permite construirte a ti mismo. E impide que te pases el día mirándote el ombligo, algo que por otra parte es un riesgo muy común entre los creadores. Muchos de mis colegas solo se interesan por sus propias películas, y acaban obsesionándose con ellas hasta el punto de perder la perspectiva. Como decía Victor Hugo, la falta de admiración nos empequeñece” –Entrevista a Bertrand Tavernier Elperiodico.com-

 

 

En Viaje por el cine francés/ Las películas de mi vida, el realizador se sumerge en los pequeños detalles y en los momentos sublimes de autores como: Marcel Carné y Jacques Becker, Jean-Pierre Melville y Claude Sautet, Jean Renoir o Jacques Tati y en la presencia enorme de las figuras histriónicas como Delon, Belmondo, Piccoli, Anna Karina, Jeanne Moreau, Jean Gabin, Lino Ventura, Eddie Constantine y más, así como el gran impacto mundial de la llamada nueva ola francesa.

Al inicio de los años cincuenta se extendía una nueva manera de abordar la crítica de cine con la revista Cahiers du Cinema. Los teóricos fílmicos y críticos: André Bazin y Jean Doniol-Valcroize –después realizador-, crean los conceptos de puesta en escena y política de autor, seguidos de otros colaboradores de la revista y aspirantes a cineastas: Jean Luc Godard, Francois Truffaut, Claude Chabrol. Idolatran el western, el thriller noir, el musical y la Serie B estadunidense. Un travelling es cuestión de moral decía Godard. Cortes abruptos, rompimientos de ejes de acción, encuadres extravagantes. La utilización de actores desconocidos. Uso enorme de locaciones en exteriores. Cine social e intimista. Estilo reportaje. Cinema Verite. No hay estrellas aunque terminarían convirtiéndose en Dioses de la pantalla: Jean Moreau, Brigitte Bardot, Maurice Ronet, Jean Paul Belmondo, Alain Delon, Jean Pierre Leaud, etc. Un cine intelectual sobre la crisis de la pareja, los perdedores sociales y la infancia extraviada con realizadores como: Francois Truffaut, Claude Chabrol, Jean Luc Godard, Alain Resnais, Roger Vadim y más.

 

 

Sus historias realistas y poéticas, su estilo acelerado y cortante, intelectual y áspero con relatos como: Sin aliento de Jean-Luc Godard y el propio Godard representan la nueva ola en todo su esplendor, que le sirvió al cineasta para establecer una verdadera revolución utilizando no sólo una cámara hipermóvil y violentas elipsis narrativas, sino un estilo iconoclasta tal vez demasiado intelectualizado pero sumamente personal y arriesgado. Los 400 golpes de Truffaut y Los primos de Chabrol, Ascensor para el cadalso, El fuego fatuo, o Zazie en el Metro de Louis Malle, El año pasado en Marienbad e Hiroshima mi amor de Resnais son títulos imprescindibles, así como otras personalidades que sembraron la semilla de la nueva ola como el teórico Andre Bazin y cineastas como Chris Marker y Jean-Pierre Melville.

No sólo eso, Viaje por el cine francés/ Las películas de mi vida es todo un recorrido por lo más sublime, inquietante y fascinante de la filmografía francesa que inspiró la carrera de Tavernier, quien a sus 76 años, dedicó su vida al cine gracias al impacto que estos filmes tuvieron en su infancia y adolescencia; los recuerdos de su juventud, las obras, los realizadores y los actores y actrices que marcaron su vida personal y profesional.

“Muchas películas de los años 30, los 40 y los 50 hablan de asuntos muy actuales. ‘Toni’ (1935), de Jean Renoir, habla de las problemáticas de los trabajadores inmigrantes, y ‘Eddie el gángster’ (1964), de Michel Deville, habla de ecología. Estoy seguro de que esas películas pueden calar hondo entre el público actual, y que padres y educadores pueden usarlas para inculcar el amor al cine en las nuevas generaciones. Y esto último, al fin y al cabo, es lo más importante de todo. Hay que reivindicar la importancia de la industria del cine ahora que la derecha política amenaza con acabar con ella. El cine, después de todo, crea más empleo que la industria del automóvil” –Entrevista a Bertrand Tavernier Elperiodico.com-

RAFAEL AVIÑA

Centro Histórico de la Ciudad de México

Enero 14, 2020

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