UN HOLOGRAMA PARA EL REY (A Hologram for the King, Alemania-EU-Gran Bretaña-Francia, 2016)

Dirección. Tom Tykwer / Guión: Tom Tykwer y David Eggers, inspirado en la novela de éste último/ Fotografía en color. Frank Griebe/ Música: Johnny Klimek y Tom Tykwer/ Edición: Alexander Berne/ Dirección de arte: Abdellah Baadil, Daniel Chour/ Diseño de Producción. Uli Hanish/ Vestuario. Pierre Yves Gayraud/ Efectos especiales. Marcel Caspers/ Producción. Stefan Arndt, Gary Goetzman, Arcadiy Golubovich, Tom Hanks, Tim O’Hair, Uwe Schott / Con: Tom Hanks (Alan Clay), Alexander Black (Yousef), Sarita Choudhury (Zahra), Sidse Babett Knudsen (Hanne), Tracey Fairaway (Kit), Jane Perry (Ruby), Tom Skerrit (Ron), Michael Baral (Ron joven), Lewis Rainer (Alan joven), Xara Eich (Kit joven)/  Duración. 98 mins.

SINOPSIS

En 2010, con los efectos de la recesión todavía muy presentes, el empresario estadunidense Alan Clay, está arruinado, deprimido y recién divorciado, pero acaba de aterrizar en Yeda (Arabia Saudí) para cerrar un trato con el que espera darle un giro a su vida. Su misión: vender un avanzadísimo sistema de teleconferencia por holograma virtual al gobierno saudí. Solo y desorientado en esta tierra desconocida, Alan hace buenas migas con Yousef, el taxista que le lleva hasta la «Metrópolis Real de Economía y Comercio», una ciudad fantasma surrealista repleta de rascacielos deshabitados y edificios a medio construir en medio del desierto. El recibimiento burocrático que le aguarda en el «Centro de Bienvenida» le desconcierta casi tanto como encontrarse a su equipo de informática hacinado en una tienda de campaña con un calor insoportable, preparando su gran presentación sin aire acondicionado. Por si eso fuera poco, después de tantas idas y venidas, tampoco le queda muy claro si el rey va a hacer acto de presencia en la reunión. Al volver a Yeda, el estresado Alan acaba en el hospital, donde le trata una bella doctora musulmana llamada Zahra Hakem. Poco a poco, el empresario va entendiendo la cultura del país a través de sus nuevas amistades, tanto que comienza a plantearse la posibilidad de empezar de cero en un lugar donde tradición y modernidad se dan la mano de formas sorprendentes e inesperadas

 

Premios a lo Mejor del Cine Alemán. Mejor Edición y Mejor Sonido. Nominada a Mejor Película.

 

Todo empezó en 2012, cuando Tom Hanks tuiteó lo mucho que le había gustado la novela de Dave Eggers. Al ganador de dos premios Oscar se le planteaba una duda: «Había leído varios libros y artículos de Dave Eggers, incluida la publicación que sacó con McSweeneys», comenta Hanks. «Devoré Un holograma para el rey de una sentada y al terminarlo una pregunta me rondaba la cabeza: ¿el autor vería bien que se hiciera una película basada en su libro?». –lahiguera.com-

 

 

Dave Eggers (Boston, 1970) es uno de los escritores más destacados de la reciente literatura norteamericana y representante clave de las nuevas tendencias. Además, ha lanzado su propio sello editorial, y es fundador y editor en su país de revistas (Might, McSweeney’s y The Believer) de gran calado literario. Con la muerte prematura de sus padres, se vio obligado a dejar la carrera de Periodismo para quedarse a cargo de su hermano pequeño. Su primera incursión literaria refleja a modo de novela, precisamente esos momentos: Una historia conmovedora, asombrosa y genial le convirtió en finalista del Premio Pulitzer 2000 y en un gran best seller. Luego del volumen de relatos Guardianes de la intimidad, y las novelas Ahora sabréis lo que es correr, Qué es el qué, Los monstruos y Zeitoun, llegó Un holograma para el rey.

 

 

Desde la primera secuencia, Un holograma para el rey coloca al espectador frente a los temores y los ataques de ansiedad del protagonista. Y no es para menos: Alan Clay rebasa los cincuenta años, carga con una ex esposa cruel, una hija, Kit, a la que no le puede pagar la Universidad. El hombre tiene deudas, es cada vez más torpe, proviene de una empresa que vendió sus activos a China y ahora representa a otra que intenta venderle telecomunicaciones holográficas a un rey saudí.

Nada más alejado de la típica historia hollywoodense de triunfo. Se trata de un drama agridulce e independiente dirigido por el talentoso aunque irregular cineasta alemán Tom Tykwer (Corre, Lola corre, El perfume) a partir de la novela homónima del exitoso guionista y escritor Dave Eggers. Están presentes aquí, sus cuestionamientos sobre los verdaderos logros de la vida y las emociones y la honestidad por encima del éxito o el dinero.

 

Síntesis del mejor y más audaz cine interactivo de fin de siglo, mezcla de las corrientes más vanguardistas que la cinematografía ha arrojado en las tres últimas décadas, lección concisa y concreta sobre el manejo del tiempo real y el cinematográfico. Corre Lola corre (Lola rennt, 1998) confirmaba las expectativas puestas en el joven cineasta autodidacta Tom Tykwer desde su debut con la insólita fábula urbana María Mortal (1995) donde arrancaba ya su obsesión por la tiranía que el tiempo ejerce sobre la humanidad y en particular sobre sus personajes.

Tykwer se colocaba entonces a la cabeza del más original y dinámico cine europeo dedicado a revertir los esquemas tradicionales a través del uso de las nuevas tecnologías –el video, la animación, o la cámara ultrarápida para crear rupturas- sin perder la esencia básica del cine: emocionar. En efecto, Tykwer llevaba al espectador a recorrer por triplicado la trayectoria romántico-criminal de la protagonista –una excelente Franka Potente- quien corre frenéticamente contra un destino aparentemente cruel y despiadado.

Pocos años después vendría El perfume (2006), que estaba lejos de ser una simple transposición fílmica de las notables atmósferas literarias que emana el bestseller homónimo del alemán Patrick Süskind. Por el contrario, se trataba de una inquietante interpretación de una novela que se suponía infilmable, extrayendo no sólo lo mejor de sus elementos sórdidos, poéticos y sicológicos, sino que era capaz de crear en el espectador las sensaciones olfativas que llevan al protagonista a la desgarradora búsqueda del amor y del aroma perfecto.

 

«Un holograma para el rey» me tocó la fibra de una forma muy particular», recuerda Tykwer. «Me pareció una novela muy actual, y por ese mismo motivo sabía que no había tiempo que perder: ¡había que llevarla al cine ya! Dicho lo cual, además de retratar a la perfección el mundo contemporáneo, también tiene ese aire de novela clásica, de obra que perdura en el tiempo. Esa combinación de actualidad y atemporalidad me cautivó, y me centré de lleno en poner en marcha la producción lo más rápido que pude” –lahiguera.com

 

 

En la película de Tykwer, el peso de la trama recae en un Tom Hanks que ha crecido mucho como actor. Es el hombre a punto del colapso con un inesperado quiste en la espalda, que se enfrenta a la desorganización de un mega proyecto económico en el desierto árabe y a la ausencia del monarca saudita. Sin internet, ni aire acondicionado, en una suerte de urbanización fantasma donde todo parece prohibido, hasta los sentimientos, encontrará las verdaderas claves de la vida. Todo ello, matizado por recuerdos de infancia, mientras se cruzan en su camino, un simpático y parlanchín chofer de taxi, Hanne, una atractiva danesa y una sensible y atractiva doctora árabe.

Entre discusiones estériles y problemas informáticos por la ausencia de wi-fi, los días transcurren lentos. Momentos que Alan aprovecha para revisar su pasado y en un intento de redención filial, escribir largas cartas a su hija. Pero oculto entre decepciones íntimas y ansias por seguir existiendo, siempre es posible hallar un pequeño resquicio a las buenas intenciones y a la esperanza, en un relato sobre las segundas oportunidades y la búsqueda de la verdadera felicidad.

 

RAFAEL AVIÑA

Centro Histórico de la Ciudad de México

29 de mayo 2018

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