EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA (Toivon tuolla puolen/ The Other Side of Hope, Finlandia-Alemania, 2017)

Dirección y Guión. Aki Kaurismaki/ Fotografía en color. Timo Salminen/ Música. Marko Haavisto, Harri Marstio, Essa Pullainen, Tuomario Nurmio, Olavi Nyrhila y su tango orquesta/ Edición. Samu Heikkilä/ Diseño de arte. Markku Pätilä/ Diseño de Producción. Aki Kaurismaki/ Vestuario. Tiina Kaukanen/ Producción. Sputnik Oy, Aki Kaurismaki/ Con. Sherwan Haji (Khaled), Sakari Kuosmanen (Wikström), Ilkka Koivula (Calamnius, capitán de meseros), Kati Outinen (la mesera), Janne Hyytiäinen (Nyrhinen, amigo de Khaled), Nuppu Koivu (Mirja, empleado del restaurante), Kaija Pakarinen (la esposa de Wikström), Niroz Haji (Miriam, hermana de Khaled), Simon Hussein Al-Bazoon (Mazdak, amigo de Khaled), Timmo Torika (policía)/ Duración. 98 mins.

SINOPSIS

Helsinki. Khaled, un joven inmigrante sirio llega oculto de polizón en un barco de carga procedente de Polonia. Al mismo tiempo, un anodino y cuarentón vendedor de camisas y corbatas llamado Wikström decide poner fin a su matrimonio, cambiar de negocio y abrir un restaurante poco frecuentado y en decadencia con las ganancias de un juego de póker. Las autoridades finlandesas deciden repatriar a Khaled a una Alepo en ruinas luego de que su propuesta de asilo político es rechazada. Y al igual que otros tantos refugiados, opta por quedarse ilegalmente y desaparecer en las calles de Helsinki. Allí se enfrenta al racismo en sus diversas modalidades, pero también descubre la bondad en su estado más puro. Sus caminos se cruzarán y Wikström ofrecerá a Khaled techo, comida y trabajo. Sin embargo el sueño del chico es encontrar a su hermana, que también huyó de Siria al tiempo que tiene que enfrentar rechazo, humillaciones, violencia y asimismo, solidaridad y cariño de un grupo de refugiados tercermundistas y de perdedores finlandeses que no pierden ni el entusiasmo ni la esperanza.

 

 

Luego de Le Havre: el puerto de la esperanza filmada en 2011 y de la realización de un episodio del filme colectivo Centro Histórico (2012), Aki Kaurismaki revive su corrosivo humor finlandés con esta obra donde una vez más recupera el tema de la migración desde una perspectiva tan ácida como conmovedora. El realizador obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín por la Mejor Dirección. Asimismo, estuvo nominada a Mejor Película, Director y Director europeo en lo Mejor del Cine Europeo. Premio al Mejor Director en el Festival de Jerusalén, en Munich y Luxemburgo. Premio Fipresci al Mejor Director en el Festival de San Sebastián. Premio al Mejor Actor en el Festival de Dublín.

 

“Los escuetos y certeros diálogos, el sentido del humor punzante, los colores cálidos y los objetos ‘vintage’, el rock & roll callejero, los cigarros y la solidaridad entre los marginales, todas las constantes de Kaurismäki están ahí, pero su cine sigue apareciendo fresco, emotivo y necesariamente incordiante” –El Diario Vasco-

“Tan económico con el estilo visual como con los diálogos, Kaurismäki saca el mayor partido de actores dirigidos para hacer lo menos posible” –Screen International-

“No solo es una de las películas más vitales y contemporáneas del 2017, sino también una de las más divertidas, clásicas y maravillosas del año” –The Film Stage-

 

 

Cartero, clavadista, crítico y actor de cine, Aki Kaurismaki (Finlandia, 1957), co escribió y actuó en el mediometraje de su hermano Mika, El mentiroso en 1981 y codirigió con éste ese mismo año, el documental La gesta de Saimaa, para debutar dos años después como realizador en el cine de ficción, con Crimen y castigo y convertirse a partir de ese instante, en un cineasta de culto en Festivales Internacionales donde cada año se espera otro de sus austeros y minimalistas relatos que se mueven entre la comedia del absurdo y el drama con tintes negros, protagonizados por seres marginales y solitarios que intentan controlar un destino adverso a partir de finales optimistas en apariencia, tal y como sucede con su trilogía sobre perdedores en urbes frías y hostiles que incluye a: Nubes pasajeras (1997), El hombre sin pasado (2002) y Luces al atardecer (2006).

 

En efecto, el caso del finlandés Aki Kaurismaki resulta luminoso y revelador. Sus personajes patéticos y solitarios deambulan en paisajes similares, sometidos a relaciones de trabajo degradantes y aburridas, como la jovencita fea y fanática de las novelas rosa en La muchacha de la fábrica de cerillos (1990), el chofer de un camión de basura y la cajera de supermercado recién despedida en Sombras en el paraíso (1986), la lastimosa banda de polka-rock con sus copetes y botas puntiagudas en Los vaqueros de Leningrado en América (1989), la pareja de amantes malditos involuntarios de Ariel (1988), la humilde camarera del kiosco de comida callejera y el guardia de seguridad, protagonistas de Luces al atardecer, o el escritor y filósofo que ha decidido dedicarse a lustrar los zapatos de los otros, menos los suyos, en Le Havre: el puerto de la esperanza.

 

“Con esta película me he esforzado en romper con la visión europea de que todos los refugiados son víctimas patéticas o emigrantes arrogantes que invaden nuestros países para quitarnos el trabajo, la mujer, la casa y el coche. La creación e imposición de prejuicios estereotipados despiertan un eco siniestro en Europa. No me importa reconocer que El otro lado de la esperanza, es, hasta cierto punto, una película tendenciosa que intenta influir sin el menor escrúpulo en las perspectivas y opiniones de los espectadores, al mismo tiempo que manipula las emociones para conseguir su objetivo. Y dado que estos esfuerzos fracasarán, espero que al menos quede una historia recta y melancólica con toques de humor, una película casi realista en torno a algunos destinos humanos en el mundo de hoy en día” –Aki Kaurismaki lahiguera.com-

 

 

Al igual que en sus anteriores trabajos, El otro lado de la esperanza resulta una historia realizada con una sencillez abrumadora y por si ello fuera poco: emocionante y universal en un punto donde alcanzan un equilibrio perfecto el humor y la tragedia. Es quizá su película más depurada y terrible al mismo tiempo pero a la vez con un tono de optimismo que se mantiene hasta el último minuto. No sólo ello, sus personajes son de una conmovedora dignidad, entrañables y solidarios. Seres marginales y desfavorecidos por el sistema con el don de la generosidad, mirando siempre hacia adelante a pesar de lo que sea. Como en Le Havre, en ese universo frío y violento donde un grupo de neofascistas llaman judío al joven sirio y lo golpean, Khaled consigue encontrar refugio en ese otro mundo donde tiene que vivir en un minúsculo cuartito acompañado de un perro y mantener la esperanza de recuperar a su hermana Miriam a la que perdió en la frontera.

Otro elemento fascinante es la utilización de la música rocanrolera finlandesa que le otorga un toque melancólico y muy divertido. En su aparente candor, El otro lado de la esperanza es un filme brutal y lo que actualmente sucede en Europa con el tema de la migración lo confirma. De manera muy sensible e inteligente, Kaurismaki pone al día el cine de Chaplin (Tiempos modernos, La quimera de oro, El peregrino) y de Buster Keaton (El maquinista de la general, El fotógrafo) –incluyendo la inexpresividad del personaje-, para hablar con humor sobre el horror y la tragedia. Todo ello en otra más de sus pequeñas y emotivas obras maestras sobre esa grandeza del espíritu humano día a día en vías de extinción.

 

RAFAEL AVIÑA

Centro Histórico de la Ciudad de México 31 de julio 2018

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