POR EL LADO OSCURO DEL CAMINO (Lost Highway, Estados Unidos, 1997)

Dirección. David Lynch/ Guión. David Lynch y Barry Gifford/ Fotografía en color. Peter Deming/ Música. Angelo Badalamenti, Trent Reznor/ Edición. Mary Sweeney/ Diseño de Producción. Patricia Norris/ Dirección de Arte. Russell J. Smith/ Vestuario. Patricia Norris/ Producción. Deepak Nayar, Tom Sternberg, Mary Sweeney/ Con. Bill Pullman (Fred Madison) Patricia Arquette (Renee Madison/ Alice Wakefield) Robert Blake (el hombre misterioso) Balthazar Getty (Pete Dayton), Robert Loggia (Mr. Eddy/ Dick Laurent), John Roselius (Al), Louis Eppolito (Ed), Michael Masee (Andy), Gary Busey (Bill Dayton), Lucy Butler (Candace Dayton)/Duración. 134 mins.

SINOPSIS

SINOPSIS

Fred Madison, músico de jazz que vive con su esposa Renee en la ciudad de Los Ángeles y toca el saxofón en un club nocturno, recibe un inquietante mensaje por el interfón de su casa: “Dick Laurent está muerto”, no alcanza a ver quién ha llamado, sólo una patrulla que se aleja con rapidez. Al día siguiente la pareja encuentra en la entrada de su hogar un paquete con unas cintas de video con escenas de la fachada de su casa. Mientras Fred y Renee tienen sexo, él ve en el rostro de su mujer el de un sujeto extraño de rostro muy pálido, casi blanco. Tiempo después el matrimonio recibe un segundo videocasete, esta vez con escenas del interior de la casa y de ellos mismos durmiendo. Contactan a la Policía. Los detectives Al y Ed inspeccionan la casa y no encuentran nada fuera de lo normal. Esa misma noche la pareja asiste a una fiesta en casa de Andy, amigo de Renee y Fred conoce a un hombre misterioso vestido de negro y con el rostro pálido, la misma cara que vio en la de su mujer, éste le dice a Fred que en ese preciso momento se encuentra en casa de este y le pide que llame por teléfono para corroborarlo. En efecto, al otro lado de la línea contesta la voz del hombre misterioso, Fred descubre que se trata de un amigo de un tal Dick Laurent. Fred encuentra en la entrada de su casa otra cinta de video en ella se le ve asesinando a Renee. Es arrestado, enjuiciado, hallado culpable y sentenciado a muerte. En la cárcel, con el paso de los días, Fred sufre fuertes dolores de cabeza y tiene extrañas visiones del hombre misterioso, de una cabaña en llamas en el desierto y de sí mismo conduciendo de noche por una carretera. Durante una revisión de rutina, un guardia descubre en la celda de Fred a un tal Pete Dayton, joven mecánico desaparecido desde hace tiempo y cómo éste no ha cometido crimen alguno es liberado y entregado a sus padres: una pareja de ex pandilleros motorizados. Pero al mismo tiempo es vigilado y seguido por dos detectives, que investigan cómo Dayton fue a parar a la celda de Madison. El joven recibe la visita de un viejo cliente, Mr. Eddy, un gángster que puede ser tan amable como agresivo que le da una paliza a un joven conductor. Al día siguiente, Mr. Eddy regresa al taller en busca de Pete para que le repare un automóvil, pero llega junto con la atractiva Alice Wakefield idéntica a Renee, a quien Pete no puede evitar admirar. Pronto Pete y Alice inician un peligroso romance y se citan todas las noches en distintos moteles. Ella le revela que Mr. Eddy es un productor de películas porno cuyo nombre verdadero es Dick Laurent, quien le ha obligado a actuar en sus filmes. Pete apoya a Alice en su plan de robar la casa de Andy, ahí, Pete descubre un proyector encendido que muestra una película porno en la cual actúa Alice. Pete mata a Andy por accidente y huye con ella y el dinero de este. Escapan hacia el desierto y llegan a una cabaña: afuera de ésta, Alice y Pete hacen el amor y ella le dice que nunca la tendrá. En ese instante Pete se transforma en Fred. Entra a la cabaña y se encuentra con el hombre misterioso, quien le explica que Alice es en realidad Renee. Fred se dirige a un hotel llamado Lost Highway, donde encuentra a Mr. Eddy y Renee haciendo el amor. Secuestra al gángster y le da una golpiza y el hombre misterioso mata a Mr. Eddy. Finalmente Fred se dirige a su propia casa, presiona el botón del interfón y dice: “Dick Laurent está muerto”. Los detectives lo persiguen y Fred conduce por la autopista preso de sus visiones.

 

 

Explosivo e intrigante cóctel de cine negro contemporáneo, thriller sicológico y delirio a lo Lynch. Un filme tan enigmático e inquietante como fascinante y aterrador que recrea en clave surrealista varias de las mejores obras de culto del noir clásico como Peligros del destino (Edgar G. Ulmer, 1945) o Los asesinos (Robert Siodmak, 1946).

 

Por el lado oscuro del camino obtuvo el Premio a Mejor Filme extranjero en el Festival SESC de Brasil.

 

“El cine está cambiando dramáticamente. Me gusta hacer películas experimentales para ser vistas en grandes pantallas, pero ese planteamiento está desapareciendo poco a poco. Vivimos unos tiempos extraños en los que Hollywood y sus grandes blockbusteres han tomado el mundo” –David Lynch en entrevista con la revista GQ-

 

 

 

Después del fracaso comercial que significó su película inspirada en su propia serie televisiva, Twin Peaks/Fuego camina conmigo (1992), David Lynch regresa a sus furores primigenios con otro filme escalofriante y bizarro. En efecto, con Por el lado oscuro del camino/ Lost Highway, Lynch se ha internado en lo más profundo y siniestro de una carretera perdida y sin retorno donde cabe la brutalidad, la pornografía, la fuga psicogénica; término para describir la personalidad múltiple, el horror, el crimen, la amoralidad, el deseo, la decadencia y por todo tipo de secreciones.

 

Aquí no valen las explicaciones, ni los sobreentendidos como lo muestra una filmografía convencida de que existen otros mundos…que sin embargo, están en éste. Universos paralelos y aberrantes que se descubren recogiendo orejas cercenadas (Terciopelo azul, 1986); localizando inscripciones escritas en sangre y letras enterradas en uñas de cadáveres (Twin Peaks, 1990); en cabezas que rebotan para convertirse en lápices (Cabeza de borrador, 1976); en el interior de una esfera de cristal (Salvaje de corazón, 1990) o en la proyección de un porno snuff en Lost Highway.

 

Más que en otras ocasiones, el guión co escrito por Barry Gifford clama por un nuevo y perturbador lenguaje fílmico. Una narrativa dislocada que rompe peligrosamente con el tiempo y el espacio cinematográfico y que apuesta por una especie de proyección mental convertida en imágenes fílmicas. Es decir: nada más cercano a un mal viaje o a una pesadilla. Si bien, el filme carece de la sutileza perturbadora de Terciopelo azul, la pantalla se trastoca aquí, en un lienzo extraño y fascinante para contar un relato de transferencia y cambio de roles a lo Hitchcock: Vértigo/ De entre los muertos (1958), en una puesta al día de los más siniestros apuntes del cine negro (“Un terrorífico noir del siglo 21”, según Lynch).

 

 

Fred y Reneé Madison descubren a través de un video que su hogar y su intimidad han sido perturbadas por un misterioso voyeur. Más tarde, por medio de un nuevo video Fred, solitario saxofonista del Luna Lounge aparece como responsable del crimen de su sensual esposa de larga cabellera negra; es confinado a prisión y sentenciado a la silla eléctrica. Sin embargo, Fred desaparece en su celda y en su lugar queda Pete Dayton, joven mecánico que se enfrenta a la ira de un magnate del porno cuando se relaciona sexualmente con la amante de éste, Alice Wakefield, versión rubia de la supuesta asesinada…

 

“Me gusta recordar las cosas a mi manera, no precisamente como sucedieron…”; las palabras de Fred Madison resultan la premisa misma de un filme terrible que propone un estudio del deseo y del lado más oscuro del hombre; ese, alimentado por la adrenalina del crimen y el sexo. De algún modo, Lynch y Gifford consiguieron trasladar brutalmente a los noventa la sordidez subyacente de autores como James M. Cain, sin descontar las referencias a filmes como la citada Peligros del destino y Traidora y mortal (Jacques Tourner, 1947). Plantea un enigma síquico y narrativo por resolver en el que se sugiere una personalidad fragmentada: Fred y Renée simulan ser una pareja distanciada y frígida, en cambio, Pete y la voluptuosa rubia Alice se sumergen en intrigantes escarceos sexuales.

 

“El proyecto de Por el lado oscuro del camino comenzó con la expresión “Lost highway”, que David Lynch leyó en boca de uno de los personajes del libro de Barry Gifford: Night People. A partir de esa sugerente frase y de algunos otros pensamientos propios, Lynch planeó escribir algo con dicho autor, quien le había acompañado en otros proyectos como Salvaje de corazón o los dos capítulos de la trilogía de episodios Hotel Room que Lynch dirigió para la televisión.

Lynch incluyó en el guion una anécdota que le sucedió realmente: alguien llamó al teléfono de su casa y dijo: “Dave, Dick Laurent está muerto», y aunque Lynch, que nunca llegó a saber ni quién le habló ni quién era Laurent, ha aclarado que uno de sus vecinos era un actor llamado David Landers y que, por tanto, todo puede haber sido una simple confusión. Siempre ha tratado de mantener un grado de misterio sobre esos hechos” –nota tomada de Wikipedia.org-

 

 

Por el lado oscuro del camino es un anómalo recorrido por la ambigüedad más aterradora: ¿Todo es obra de una mente distorsionada que pudiera ser la del propio Lynch? ¿Se trata de un perverso asunto de doble personalidad? ¿El Hombre Misterioso es una emanación del infierno que como vampiro tiene el don de ubicuidad y su videocámara es un objeto de posesión satánica; o tan sólo se trata de una nueva reencarnación del Mal a lo Lynch? Lost Highway no responde incógnitas, provoca sensaciones de malestar e incomodidad en el espectador y en ello radica su principal mérito.

 

 

 

Rafael Aviña

Centro Histórico de la Ciudad de México

24 de enero de 2016

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