NO

Chile-Francia-México-Estados Unidos, 2012

no

Dirección. Pablo Larraín/ Guión. Pedro Peirano, inspirado en la obra Referéndum de Antonio Skármeta/ Fotografía en color. Sergio Armstrong/ Edición. Andrea Chinogli/ Música. Calos Cabezas/ Diseño de producción. Estefanía Larraín/ Dirección de arte. Estefanía Larraín/ Vestuario. Francisca Román/ Maquillaje. Margarita Marchi/ Producción. Juan De Dios Larraín, Daniel Dreifuss, Fábula, Participant Media, Funny Balloons/ Con. Gael García Bernal (René Saavedra), Alfredo Castro (Lucho Guzmán), Luis Gnecco (José Tomás Urrutia), Néstor Cantillana (Fernando), Antonia Zegers (Verónica Carvajal), Marcial Tagle (Alberto Arancibia), Pascal Montero (Simón Saavedra), Jaime Vadell (Ministro Fernández), Elsa Poblete (Carmen), Diego Muñoz (Carlos)/ Dur. 118 mins.

SINOPSIS

Ante la presión internacional, el dictador chileno Augusto Pinochet se ve obligado a organizar un referéndum de apoyo a su presidencia en 1988. Los líderes de la oposición convencen a René Saavedra, un joven y atrevido ejecutivo publicitario, que se encargue de la campaña a favor del NO, a la llegada de su exilio en México y diseña una brillante y optimista campaña que propugna el «No» al plebiscito chileno de ese 1988. Su objetivo es poner fin a la dictadura militar y derrocar a Augusto Pinochet, con una estrategia de márketing que no utiliza el enfrentamiento directo y la denuncia del régimen, sino que se sustenta en la esperanza de un futuro mejor. A pesar de disponer de recursos muy limitados y del férreo escrutinio de la policía del dictador, Saavedra y su equipo llevan a la práctica un plan audaz para ganar las elecciones y liberar el país de la opresión.

 

 

No de Pablo Larraín fue galardona como la Mejor Película de la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2012. Protagonizada por Gael Garcia Bernal, la película concluye la trilogía de Larraín, iniciada con Tony Manero y Post Mortem, sobre el golpe de estado de Pinochet y los últimos días de Salvador Allende en Chile. Asimismo, No fue nominada al Oscar a Mejor película de habla no inglesa y obtuvo el premio a Mejor Película en el Festival de La Habana.

 

 

Pablo Larraín nació en Santiago de Chile en 1976. Es cofundador de Fábula, una empresa dedicada a la producción cinematográfica, televisiva y publicitaria.

En 2005 realiza su primer largometraje, Fuga. En 2007 dirigió su segunda película, Tony Manero, coescrita con Mateo Iribarren y Alfredo Castro, seleccionada para la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes 2008. Su tercer largometraje, Santiago 73, Post Mortem, participó en la Sección Oficial del Festival de Venecia 2010. En 2010 dirigió Prófugos, la primera serie de televisión producida en Chile por HBO, a la que siguió No.

 

“René Saavedra es un producto del sistema neoliberal impulsado por Pinochet. Por eso me parece interesante que sea él quien consiga desconcertar a Pinochet haciendo uso de las mismas herramientas ideológicas de la dictadura. Lo hace inventando una campaña publicitaria plagada de simbolismos y objetivos políticos que aparentan ser una mera estrategia de comunicación, pero que en realidad esconden el devenir de un país. En mi opinión, la campaña del NO, es el primer nivel de consolidación del capitalismo como único sistema posible en Chile. No se trata de una metáfora, es exactamente eso: publicidad pura y dura llevada a la política…”. –Entrevista a Pablo Larraín, lahiguera.net-

 

El cine chileno, una cinematografía apenas sostenida por la presencia en el exilio de grandes figuras como Raoul Ruiz (Tres tristes tigres, El enigma del cuadro volador), Patricio Guzmán (La batalla de Chile, La rosa de los vientos, Nostalgia de la luz) o Miguel Littin (El chacal de Nahueltoro, Actas de Marusia, Álsino y el cóndor), resurgió tímidamente de las cenizas de aquella dictadura pinochetista con la aparición de un breve grupo de jóvenes cineastas chilenos entre los que destacaban: Pablo Perelman (Imagen Latente), Silvio Caiozzi (La luna en el espejo), Orlando Lubbert (Taxi para tres), o Ricardo Larraín, cuyo filme La frontera obtenía el Oso de Plata en Berlín 1992, seguida de una nueva generación de realizadores que han encontrado en la crisis social de su país la materia prima de comedias irónicas y desenfadadas, como es el caso de Gonzalo Justiniano (Amnesia, El Leyton), Cristian Galaz (El chacotero sentimental), Andrés Wood (Historias de fútbol, El desquite) y particularmente Boris Quercia que debuta en la industria con la exitosa Sexo con amor (2003). Pablo Larraín, sin duda la figura más importante y vigorosa del cine chileno contemporáneo inserto ya con éxito en el cine internacional, como lo muestran sus últimos trabajos. Larraín se encuentra entre ésta y la más reciente generación de realizadores chilenos como: Dominga Sotomayor, Sebastián Lelio, Niles Atallah, Sebastián Silva y más.

 

El primer acierto de un filme como No, es la utilización de cámaras cinematográficas de la década de los ochenta para conseguir un lenguaje visual similar a la época. Es decir, Larraín tomó la decisión de filmar en el mismo formato que se había usado para las imágenes de archivo de la película. El resultado: imágenes idénticas a las que se rodaron en los ochenta para que el espectador no sepa en realidad dónde empiezan las imágenes de archivo y dónde acaba el rodaje actual, logrando con ello una combinación sin sutura entre el tiempo, el espacio y el material generado con cámaras de ese momento.

        Más importante aún, el entramado emocional y político de la trama. En ella, se observa como Saavedra, su hijo y sus compañeros son de alguna manera intimidados por las autoridades al tiempo que el enfoque publicitario es rechazado por algunos miembros del No como una negación de los abusos del régimen, aunque como se observa, la propuesta es aprobada para la campaña. El filme de Larraín muestra al detalle aquella campaña que tuvo lugar durante 27 noches de anuncios televisivos, en donde cada “bando” tenía 15 minutos por noche para presentar su punto de vista. A lo largo de ese mes, la campaña del No, creada con la ayuda de la mayoría de la comunidad artística de Chile, prueba ser efectiva a través de una serie de presentaciones entretenidas y optimistas que tienen un encanto en las audiencias. Una campaña que incluía la palabra NO enmarcada con un arcoíris de fondo y una ingenua melodía que coreaba “Chile, la alegría ya viene”. En cambio, la campaña del Sí, sólo se contentó con aportar datos económicos positivos a su favor. La simpatía pública se inclina hacia el No, respaldado por celebridades internacionales y populares y conciertos callejeros, incluso los ataques policiales no logran desanimar a la campaña del No, llevando a los pinochetistas a parodiar de manera desesperada los anuncios del No…

 

       …”René es un personaje inherente al contexto en que vivía, pero a la vez también es eterno; simboliza el despertar político de una persona aparentemente apolítica. Es la consecuencia de la política que vivieron sus padres en el exilio, de la persecución, de la sensación de ser un extranjero. En algún momento de la historia busca inconscientemente una forma de reconciliarse con su lado político, al que recurre para cambiar su entorno más inmediato…” –Entrevista a Gael García Bernal, lahiguera.net-

 

    No, fue la tercera película que Larraín filmaba sobre el mismo periodo. La primera de ellas era la inquietante Tony Manero (2008): “No se puede hablar del gobierno ni decir chistes cochinos” advierte una ejecutiva de la televisión a un grupo de paupérrimos aspirantes a convertirse en el “Tony Manero nacional” en el Chile de finales de los años setenta durante la dictadura de Pinochet.  Es el arranque de un filme insólito debido a su crudeza, su atípica estética visual y su narrativa dislocada. Pero sobre todo, insólito debido a su falta de complacencia, como lo muestra su tajante y abierto final y su manera de desnudar literalmente a sus personajes con todas sus miserias y su patetismo, sostenida a su vez por la perturbadora interpretación de su gran protagonista Alfredo Castro, cuyo alienado personaje llena todo el tiempo la pantalla. Un cincuentón obsesionado con una fantasía: montar el escenario ideal para imitar a su ídolo John Travolta, en su papel de Tony Manero, el sexy héroe de la clase trabajadora de Brooklyn que conquistaba el sueño americano en el ambiente de la música disco en Fiebre de sábado por la noche (John Badhman, 1977) y de paso, ganar un miserabilista concurso televisivo.

        A ésta le seguiría Post Mortem (2010). De nueva cuenta el Chile de Pinochet, en la historia de un empleado en la morgue de un hospital de Santiago de Chile durante los días previos al golpe de estado chileno de septiembre de 1973. Mario, de 55 años (de nuevo Alfredo Castro), trabaja pasando a máquina informes de autopsias en un depósito de cadáveres. En pleno golpe de Estado, Mario fantasea con su vecina Nancy, bailarina de cabaret, que desaparece misteriosamente el 11 de septiembre. Tras un violento registro del ejército en casa de ella, se entera de que han arrestado al hermano y al padre, destacado comunista y partidario de Salvador Allende. Preocupado y enloquecido por la desaparición de la que hubiera sido su amante, Mario busca desesperadamente a Nancy.

       Con No, Pablo Larraín realiza un balance de la dictadura: el imaginario de la violencia y de la destrucción moral e ideológica de los individuos chilenos, no tanto para entenderla o criticarla, sino para dejar constancia de que existió con sus laberintos oscuros y sus momentos de luz como el triunfo del NO y la caída de la dictadura. Larraín realizaría posteriormente otras obras notables como: Neruda, El club –sobre un grupo de sacerdotes pederastas-, Jackie, centrada en las horas posteriores al asesinato del presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, desde la perspectiva de su joven viuda Jacqueline Bouvier Kennedy o Spencer, intrigante biografía de Lady Di, que narra la historia de un fin de semana crucial a principios de los años noventa, cuando la princesa Diana -de nombre Diana Frances Spencer- decidió que su matrimonio con el príncipe Carlos no estaba funcionando.

 

RAFAEL AVIÑA

Centro Histórico de la ciudad de México

21 junio 2023

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