TÁR

(Tár, Estados Unidos-Japón, 2022)

tar

Dirección. Todd Field/ Guión. Todd Field/ Fotografía en color. Florian Hoffmeister/ Música. Hildur Guðnadóttir/ Edición. Monica Willi/ Diseño de producción. Marco Bittner Rosser/ Dirección de arte. Patrick Herzberg y Petra Ringleb/ Vestuario. Bina Daigeler/ Producción. Focus Features, Emjag Productions, Standard Film Company, Cate Blanchet, Sebastian Fahr-Brix, Todd Field, Scott Lambert, Alexandra Milchan/ Con. Cate Blanchet (Lydia Tár), Noémie Merlant (Francesca Lentini), Adam Gopnik (él mismo), Sylvia Flote (Krista Taylor), Sidney Lemmon (Whitney Reese), Mark Strong (Eliot Kaplan), Nicolas Hopchet (Aldo), Nina Hoss (Sharon Goodnow), Mila Bogojevic (Petra), Alma Lóhr (Johanna), Sophie Keuer (Olga)/ Dur. 158 mins.

 

SINOPSIS

Ambientada en el mundo internacional de la música clásica, la película se centra en Lydia Tár, considerada una de las más grandes compositoras/directoras y la primera directora titular de una de las orquestas más importantes de Alemania. La trama nos lleva a conocer a Tár en la cúspide de su carrera, a punto de publicar un libro y de dirigir la Quinta Sinfonía de Mahler. Sin embargo, de un modo totalmente inesperado, su vida empieza a desmoronarse en las siguientes semanas. El resultado es un mordaz examen del poder, de su impacto y de su perdurabilidad en el mundo de hoy.

 

Cate Blanchet consigue uno de las mejores actuaciones de su brillante carrera en un relato hipnótico y devastador con el que Blanchet se llevó el Premio a la Mejor Actuación en el Festival de Venecia y el respectivo Globo de Oro. Tár obtuvo a su vez, seis nominaciones al Oscar: Mejor Película, Director, Actriz, Guión, Fotografía y Edición. El American Film Institute la colocó entre las diez mejores películas del 2022.

 

 

“Escribí el guion pensando en una sola actriz, en Cate Blanchett. Si hubiera rechazado el papel, la película no se habría realizado. Mi comentario no sorprenderá a los espectadores, a los cinéfilos y a otros. No cabe duda de que es la gran maestra de su arte. Pero incluso así, la genial habilidad y verosimilitud de Cate nunca dejaron de sorprenderme mientras rodábamos. Podía con todo. Es imposible describir adecuadamente lo que significa tener el privilegio de trabajar con una artista de su calibre. Solo puedo decir que en todos los aspectos, esta película es de Cate…” –Todd Field, realizador de Tár-

 

Tár abre con el periodista de The New Yorker Adam Gopnik entrevistando a Lydia Tár, lo que nos permite saber cuál es su profesión: después de licenciarse entre los más destacados de su promoción en Harvard, la joven estadounidense estudia piano en el Instituto Curtis de Música en Filadelfia antes de doctorarse en Musicología en la Universidad de Viena, especializándose en la música del río Ucayali, al este de Perú, donde pasó cinco años viviendo con el pueblo Shipibo-Conibo. Como directora de orquesta, ha dirigido a las cinco mayores orquestas sinfónicas de Estados Unidos sin por ello, dejar de componer y haber ganado los cuatro premios más importantes del mundo del entretenimiento: Emmy, Grammy, Oscar y Tony, entrando en la lista de los EGOT, por las siglas de esos premios. Con la ayuda de Eliot Kaplan, dueño de una empresa financiera y director de orquesta aficionado, Lydia Tár fundó Accordion Conducting Fellowship, una asociación dedicada a ofrecer oportunidades profesionales a jóvenes directoras de orquesta. Después de ser directora invitada de la Filarmónica de Berlín, se convirtió en la directora titular de la misma hace siete años…

 

En 2001, Crimen imperdonable/ In the Bedroom, obtuvo las nominaciones al Oscar para Mejor Película, Guión, Actor, Actriz y Actriz de reparto. Dirigida por el debutante, Todd Field, actor secundario de Ojos bien cerrados de Stanley Kubrick y surgido del medio actoral televisivo, su ópera prima como realizador, venía a su vez, precedida -entre otros-, por el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance. Ambientada en el paisaje idílico de Maine, un suburbio costero, poblado de gentes sencillas y simpáticas. Ahí, en ese lugar donde no sucede nada en apariencia, se comete un asesinato largamente anunciado, el de un jovencito pos adolescente, enamorado de una treintañera con dos hijos, separada de su violento marido quien debido a las argucias legales y a la ambigüedad de la justicia queda libre y para colmo se topa constantemente con los adoloridos padres del muchacho.

        El éxito de su película le permitió ahondar en otra temática más compleja en Secretos íntimos/Little Childrens (2006) que cuestionaba la parte oscura del sueño americano y los temores más cotidianos y desagradables; una fábula moderna que exploraba las turbulentas emociones que se esconden bajo la superficie de un barrio aparentemente tranquilo y convencional. Las historias interconectadas de los personajes con sus matrimonios, hijos, deseos sexuales e infidelidades respectivas, llevaba a un viaje revelador, cuyo hilo conductor es la idea de la madre, el matriarcado que conecta todas las relaciones en la sociedad. Varias parejas se cruzan de forma azarosa e incluso peligrosa en los parques, piscinas y calles de su barrio. Una madre aburrida se hace amiga de un hombre que se ocupa de la casa y de su hijo mientras su mujer trabaja y un amigo de éste, empieza a inquietarse por la presencia en las calles de un hombre acusado de pedofilia recién salido de la cárcel.

 

      Varias de éstas pulsiones sexuales y emocionales de sus dos primeros filmes, se dan cita en Tar, su tercera película; un relato que por supuesto no se circunscribe al mundo de la música; ello es sólo un pretexto para sumergirse en el abuso del poder en el medio cultural inspirado en decenas de casos expuestos en los últimos años. Más intrigante aún es que su protagonista, una talentosa y adusta lesbiana asumida que vive con su esposa Sharon, madre de Petra, una niña pequeña a la que defiende de violencias ejerce todos los excesos de lo que hoy se conoce como “patriarcado” pero siendo ella mujer. Es decir, Lydia Tár ayuda a algunas jóvenes, las promueve en el complicado mundo de la música, después obstaculiza sus carreras o las destruye si no acatan sus avances de seducción. No sólo eso, también Tár es lo suficientemente manipuladora e inteligente para bloquear y minimizar a hombres, como ocurre con su asistente y segundo de abordo en la orquesta sinfónica de Berlín. Ello en un filme que se sumerge en las débiles fronteras de la corrección política y el acoso de las redes sociales; el mismo que sufrirá Tar a partir de un video grabado en una de sus clases en la prestigiada escuela de Nueva York, Juilliard, donde ridiculiza a un joven que se queja de la misoginia de Johan Sebastian Bach. Lo que iniciará su caída moral y su desprestigio, unido a su interés por un nuevo objeto de conquista: una muy joven violonchelista heterosexual de origen ruso proclive al hedonismo de su juventud.

 

“La joven violonchelista rusa Olga Metkina tiene otra visión del poder de una orquesta. Es un personaje tan seguro de su habilidad e identidad que no pide nada, lo que le permite llenar un vacío en la vida de Tár, un sitio donde la ferocidad del arte se ve oscurecido por la energía que debe gastar para dirigir una institución como ésta. Tár se ve a sí misma joven en Olga y eso la lleva a realizar un mal cálculo político, uno de tantos, que acabará ayudando a su caída… -Todd Field, lahiguera.net-

  

“Noémie Merlant comenta “Tár nos lleva a un mundo que no suele verse – el mundo de la orquesta y del director –, pero esta vez, una mujer ocupa la posición central y utiliza a otras mujeres para hablar de este entorno, para explorar la complejidad de las relaciones entre las personas que viven y trabajan en él. La historia es muy moderna por la forma en que examina la dinámica del poder y se interroga acerca de su compleja naturaleza”…“A las mujeres se les suele encargar la dirección de música de cámara, nunca las grandes sinfonías, y Tár empieza a estar muy harta”, explica Cate Blanchett. “Toma decisiones erróneas porque el sistema la está agotando. Cuando una mujer sube al podio, parte de su esfuerzo está dedicado a apartar el hecho político de que está allí como mujer”. –lahiguera.net-

 

Lo más arriesgado de un filme como Tár, justo en éste momento de intensa corrección política, es elegir a una protagonista lesbiana. Es decir: borra el problema del abuso en el caso de la cuestión de género apostando por el hecho de que el abuso del poder se da en todos los ámbitos y géneros, no sólo el hombre lo ejerce. Y es que queda claro que la protagonista es ególatra, incluso narcisista y su solidaridad con las mujeres es muy relativa. Y quizá sólo una actriz con las capacidades de Blanchet podría realizarlo; tal vez con otra actriz, el personaje se hubiera desmoronado complicando con ello la propuesta argumental. 

        Luego del suicidio de Krista, Tár es separada de la orquesta de Berlín y su “mujer”, le prohíbe ver a la pequeña Petra. Se retira entonces a su pequeño estudio y después, en la grabación en vivo de la Quinta Sinfonía de Mahler, explota contra Eliot Kaplan que la ha remplazado. Regresa al hogar materno y su hermano, antítesis de ella en todos sentidos, la confronta. Más tarde, Lydia Tár (en realidad Linda), abandona el mundo intelectual de “Occidente” y se va contratada a Filipinas para empezar de cero. Al solicitar un sitio de masajes la envían a lo que en realidad es un burdel en una escena clave, ya que las jovencitas encargadas de “atender” a los clientes, están colocadas como en una orquesta. Finalmente, como directora de su nueva orquesta filipina, dirige un concierto en vivo durante la espectacular proyección de una serie de imágenes de videojuegos, cuya audiencia son jóvenes fanáticos de éstos (cosplayers), vestidos como sus héroes. Se trata de un filme muy complejo y delicado, proclive a todo tipo de debates, en el cual lo único indiscutible es el carisma y el enorme talento de Cate Blanchet quien brinda una clase magistral de actuación y cuyo personaje termina en un debacle impactante como lo muestran éstas, sus inquietantes secuencias finales.

 

 

RAFAEL AVIÑA

Centro Histórico de la ciudad de México

29 de enero 2023

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