CERRAR LOS OJOS

(España-Argentina, 2023)

CerrarlosOjos1

Dirección. Víctor Erice/ Guión. Víctor Erice y Michel Gaztambide/ Fotografía en color. Valentín Álvarez/ Música. Federico Jusid/ Edición. Ascen Marchena/ Dirección de arte. Curru Garabal/ Diseño de vestuario. Helena Sanchis/ Sonido. Jorge Alarcón/ Maquillaje. Beatushka Wojtowicz/Producción. La mirada del adiós, Tandem Films, Nautilius Films. José Alba, Odile Antonio-Báez, Agustín Bossi, Pablo Bossi, Maximiliano Lasansky, Víctor Erice/ Con. Manolo Solo (Miguel Garay), José Coronado (Gardel/Julio Arenas), Ana Torrent (Ana Arenas), Petra Martínez (Sor Consuelo), María León (Belén Granados), Mario Pardo (Max Roca), Helena Miquel (Marta Soriano), Antonio Dechent (Tico Mayoral), Josep Maria Pou (Mr. Levy), Soledad Villamil (Lola San Román), Juan Margallo (Doctor Benavides), Dani Téllez (Toni)/ Duración. 169 mins.

SINOPSIS

El protagonista, Mikel Garay, es un director de cine, alter ego de Erice, que dejó su gran película inacabada porque desapareció su actor principal, Julio Arenas en mitad del rodaje. Mikel se ha convertido en una persona errática y taciturna, atravesado de melancolía y extranjero en un mundo que ya no significa nada para él. Muchos años después, esta suerte de enigma vuelve a la actualidad a raíz de un programa de televisión “Casos sin resolver”, que pretende evocar la figura del actor, ofreciendo como primicia imágenes de las últimas escenas en que participó, rodadas por el que fue su íntimo amigo, el director Miguel Garay. El principio y el final de una película inacabada. Han pasado ya más de veinte años desde que se le dejó de buscar, pero la emisión del programa va a abrir un resquicio de esperanza.

 

Cerrar los ojos proyecto que retoma la carrera del cineasta Víctor Erice desde su anterior filme de 1992, El sol de membrillo se reveló tras la divulgación de la asignación de fondos públicos a producciones cinematográficas por parte de la cadena regional andaluza Canal Sur a mediados de 2022 y el apoyo de las Comunidades Autónomas de Andalucía y Madrid, filmada en Castell de Ferro, Gualchos, Dúrcal (provincia de Granada) y Aguadulce (provincia de Almería), Asturias y Madrid. La película cuenta con 9 nominaciones a los premios Feroz de España y a su vez 11 nominaciones a lo mejor del cine español: los premios Goya, próximos a realizarse.

 

 

“¿Qué película quiero hacer y por qué? Intentando ser breve y preciso, contesto: la que se desprende del guion que he escrito; y por pura y simple necesidad. Pero como presiento que decir esto no bastará, voy a tratar de explicar algo de lo que Cerrar los ojos puede llegar a encerrar. Bien entendido que ello supone entrar en el terreno de lo conceptual, de la declaración de intenciones -aquí inevitablemente buenas-, de las que, como es sabido, a veces está empedrado el infierno. Mi impresión es que, más allá de los pormenores de su argumento, la ficción que la película va a proponer al espectador gira alrededor de dos temas íntimamente relacionados: la identidad y la memoria. Memoria de dos amigos, que un día ya lejano fueron un actor y un director de cine. En el transcurso del tiempo, uno la ha perdido por completo, hasta el punto de que no sabe quién es ni quién fue; el otro, tratando de olvidar, y a pesar de haberse refugiado en un rincón, comprueba una vez más que la sigue llevando a cuestas, con su carga de dolor…” –Víctor Erice, lahiguera.net-

 

 

 

Indiscutible joya exhibida en el Festival de Cannes y en Morelia: Cerrar los ojos (2023) del atípico cineasta español Víctor Erice (Carranza, provincia de Vizcaya) quien a sus 83 años regresa con otra obra maestra medio siglo después de El espíritu de la colmena (1973). Se trata de una insondable reflexión sobre la contemplación como extensión de la propia mirada cinematográfica, el peso de la memoria y el inevitable transcurso del tiempo. El creador de las magistrales El sur (1983) y El sol de membrillo (1992), realiza un ensayo fílmico sobre su propio mito, su concepción sobre la creación y su honestidad ante el oficio de cineasta como extensión de los sueños y esa agridulce dicotomía entre la frustración y la eterna esperanza.

       A lo largo de casi tres horas, traza un misterioso mapa sobre la trascendencia de los actos mínimos y el olvido como escape a la realidad que nos aprisiona. Cada escena es una clave que anticipa un nuevo enigma por resolver, como sucede con ese programa televisivo sobre casos no resueltos que indaga en la búsqueda de un actor desaparecido… Julio Arenas (José Coronado sublime) deja inconclusa la ópera prima del cineasta Miguel Garay (Manolo Solo, espléndido), cuando se esfuma del rodaje de un filme ambientado en los años cuarenta, sobre Mr Levy, un hombre maduro y desahuciado que busca con desesperación a la hija que tuvo con una cantante china y cuya única pista que conserva es una fotografía de la niña que entrega al responsable de encontrarla que encarna Arenas.

          Como la policía no encuentra el cadáver más que sus zapatos a la orilla del mar, concluye que el actor ha muerto ahogado. Más de dos décadas después, el serial de televisión sobre casos no resueltos, trae de nuevo el misterio de Julio Arenas incluyendo sus últimas escenas filmadas nunca antes vistas que aporta su amigo Miguel Garay quien abandonó el cine por una vida libre en un pueblito pesquero. No obstante, la difusión del programa arroja una nueva pista que aporta Belén Granados, una trabajadora social en la que se intuye que tal vez Arenas, es un solitario, callado y amnésico trabajador en un asilo de ancianos que dirigen un grupo de monjas, en particular, la anciana Sor Consuelo…

 

        …”Memoria, también, contenida en los depósitos de la televisión, un medio que representa como ningún otro la pulsión contemporánea de convertir la experiencia humana en archivo. Memoria, en fin, del cinematógrafo: copias guardadas en su ataúd de latón, lejos de las salas que le vieron nacer, fantasmas de una historia única, socialmente usurpada por el Audiovisual. Memoria -ya larga, como la de quien escribe estas líneas… En este sentido, en Cerrar los ojos entrarán en relación dos estilos diferentes: el propio del cine clásico, con su canon ilusionista, en ambientes y personajes; y otro, preñado de realidad, el que ha desplegado el cine moderno. O lo que es igual, dos clases de relato: uno, el que brotaba al amparo de la leyenda, contando la vida no tanto como era sino como debería de ser; y otro, a la deriva, contemporáneo, sin memoria ni futuro ciertos…” –Víctor Erice, lahiguera.net-

 

       …La primera y la última escena de Cerrar los ojos, alude directamente al concepto del cine dentro del cine: el rodaje de una película y la proyección de una escena de ese mismo filme en un cine abandonado; es decir, una alegoría de la pérdida de las salas  fílmicas y con ello, en parte, la pérdida de la memoria real y cinematográfica. No sólo eso, nuestra identidad, nuestra cultura y nuestro espíritu en una amarga y tenue alegoría. Cerrar los ojos es un thriller y a su vez, un relato intimista, un drama sobre la amistad y la honestidad y es tal vez, el testamento fílmico de Erice sobre la vejez y su propia obra. Pero sobre todo, su película es un emotivo y sutil poema de gran belleza plástica acerca de la mirada, la memoria, la pérdida y lo inasible que subyace y subyacerá en el interior de una sala cinematográfica…

 

RAFAEL AVIÑA

Centro Histórico de la ciudad de México

26 Enero 2024

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